En el norte de Tailandia, a unos 700 km al norte de Bangkok, se encuentra Chiang Mai, ciudad en la que estuvimos 4 días. Es la segunda ciudad más grande de Tailandia, pero aún habiendo una gran cantidad de gente y turistas no se siente el agobio y el caos de Bangkok.
A nosotros Chiang Mai nos dejó bastante indiferentes. Es una ciudad que está totalmente orientada al turismo, llena de restaurantes de comida occidental (aunque, para ser sinceros, esto se agradece de vez en cuando), de centros de masajes, cursos de cocina tailandesa, thai boxing y de agencias que organizan todo tipo de tours y viajes, como trekkings en la selva, días con elefantes o tigres, mountain bikes, 4×4… Lo bueno que tiene esta ciudad es que está situada en un lugar perfecto para visitar otros lugares del norte de Tailandia. Y, aunque la ciudad en sí nos pareció que no tenía mucho encanto, disfrutamos mucho de sus alrededores donde se encuentran, por cierto, las montañas más altas de Tailandia.
CÓMO LLEGAR
Desde Kanchanaburi cogimos un autobús nocturno que tardó 11 horas en llegar, salimos a las 19 y llegamos sobre las 6 de la mañana. Nos costó 540 bath (14€) y estaba genial, con asientos muy cómodos y reclinables, wifi y en el precio estaban incluidos algunos snacks y cena. Aunque a primera vista nos parecieron muchas horas, el viaje se nos hizo bastante ameno, mirando cosas en internet y durmiendo.
QUÉ HICIMOS
Si hay algo por lo que se caracteriza esta ciudad es por sus templos y sus mercados nocturnos. Así que un día lo dedicamos a patearnos la ciudad y visitarlos. Otro día alquilamos una moto para ver sus alrededores y otro tuvimos una experiencia muy divertida con nuestros amigos los elefantes, pero esto se merece un post a parte 😉
1. TEMPLOS
La parte antigua de la ciudad es un cuadrado que está parcialmente amurallado. Al que le guste visitar templos budistas éste es el sitio ideal, porque hay más de 300! Nosotros, después de dos semanas en Tailandia y después de haber visto unos cuantos, optamos por visitar sólo los más recomendados, ya que, aunque son todos preciosos, al final nos parecen todos muy parecidos. Los que nosotros visitamos fueron: Wat Phra Signh, Wat Chedi Luang, Wat Lok Molee, Wat Monthian, Wat Kuan Kah Ma y Wat Chiang Mun.

Exterior de los templos
En todos los templos hemos visto, junto a la figura del buda, ofrendas que ha llevado la gente. Por lo que parece las ofrendas pueden ser de cualquier tipo porque hemos visto desde refrescos con su pajita y todo hasta cestas con diferentes productos como bombillas o champú o incluso peluches de doraemon.

Interior de los templos
Un día nos despertamos a las 6 de la mañana y nos fuimos a dar una vuelta. Nos encontramos con algo que no nos esperábamos. Los monjes iban desfilando por las calles e iban parando en diferentes establecimientos donde los dueños les daban comida y les hacían reverencias. No os creáis que les dan las sobras de la cena, de eso nada, madrugan para hacerles suculentos platos.
2. MERCADOS
Chiang Mai está repleto de mercados, tanto diurnos como nocturnos. Al lado de nuestra guesthouse había un mercado donde podías encontrar todo tipo de comida y alimentos. Incluso había un puesto con peces vivos dentro de un recipiente con agua, le decías al hombre cuál te gustaba y te lo mataba allí mismo.
En los mercados nocturnos, además de comida, había ropa, complementos y cosas de decoración que podrían volver loco a más de uno y más teniendo en cuenta sus precios. Nosotros porque estamos en modo ahorro que si no más de una cosa habría caído. El mercado más famoso es el que se hace los domingos por la noche. Cuando nosotros fuimos no se podía ni andar de la gente que había.
3. VUELTA EN MOTO POR LOS ALREDEDORES
Alquilar una moto y recorrer los alrededores de la ciudad es algo que nos encanta y cerca de Chiang Mai había unas cuantas cosas que nos apetecía visitar. Así que cogimos la motillo y nos dirigimos hacia el Parque Nacional de Doi Suthep. Después de conducir por un camino lleno de baches, curvas y piedras en medio de las montañas, llegamos a Ban Kun Chang Khian, un poblado de la tribu Hmong. Esta tribu proviene de China central y antiguamente se dedicaba al comercio de opio y heroína. Ahora las mujeres se dedican a la artesanía. Además tienen sus propias cosechas y comercializan con ellas.
Al llegar allí nos dio la sensación de haber retrocedido en el tiempo. El pueblito consistía en casas de madera muy básicas. Los gallos, gallinas y perros danzaban a sus anchas y, mientras, las señoras cosían en medio de la calle. Vimos a un bebé jugando en la calle y cuando nos acercamos salió una señora mayor que imaginamos que sería su abuela. Muy amable, con una sonrisa, nos intentaba explicar cosas pero no nos entendíamos.
También visitamos el colegio del poblado, que nos pareció que estaba en bastante buenas condiciones. Aunque el mobiliario era un poco precario, cada aula tenía su televisión y su proyector. Además en el patio del colegio tenían muchos columpios y una gran zona verde donde los niños jugaban. Creemos que está financiado por Deloitte, ya que vimos un cartel con el nombre de la empresa en la entrada del cole.
Las vistas desde el colegio eran impresionantes. En la foto de abajo, se ve Chiang Mai en el fondo.
A la bajada del poblado queríamos ir a ver el Palacio Real. Antes de llegar nos dimos cuenta de que habíamos pinchado una rueda! El lugar más cercano para arreglarla estaba a unos 6 km y los dos no podíamos ir en la moto… Así que convencimos a un chico chino muy majete para que bajara a uno de los dos en su moto. Nos paró en las cercanías del Palacio Real, donde no hubo manera de encontrar a nadie que nos ayudara así que tuvimos que bajar unos 4 kilómetros más. Esta vez uno tuvo que bajar en taxi mientras el otro conducía. Aquí tampoco fue fácil encontrar un mecánico, al parecer estaba de vacaciones o durmiendo la siesta, no sabemos. Al final, después de preguntar mil veces, encontramos a un chico que nos arregló el pinchazo y pudimos seguir la marcha.
Aprovechando que estábamos cerca de uno de los templos más famosos de Chiang Mai, el Wat That Doi Suthep, decidimos entrar a verlo. Pero la verdad es que el pinchazo nos había fastidiado el día, estábamos cansados y no lo disfrutamos mucho. Eso sí, aprovechamos para hacer alguna fotillo chula por allí.
NUESTRAS IMPRESIONES
- Chiang Mai nos ha parecido una ciudad orientada al turismo 100%, por lo que ha perdido el encanto que un día pudo tener.
- Seguimos pensando que alquilar una moto para ver los alrededores de las ciudades es una experiencia genial. Pero hay que tener cuidado con los pinchazos! No todas las carreteras están bien asfaltadas y no todas las motos están bien cuidadas. Un pinchazo puede fastidiarte el día y puede salir caro si no hay nadie alrededor que pueda ayudarte.
- Después de visitar el poblado salimos con la sensación de que la gente vive bastante bien. A pesar de que las casas parecían muy precarias, en todas se podía ver frigoríficos, lavadoras, teles, motos…y además la gente se veía muy feliz.
Que bonito tiene que ser esa parte, las fotos geniales, parece que puedas tocar la naturaleza, que estemos viendo vuestro viaje, a través de una ventana.
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El norte de Tailandia tiene una naturaleza espectacular! Es un paisaje montañoso super verde que nos está encantando. Pero para verlo bien hay que salirse un poco de la ruta turística, si vas sólo a las ciudades te pierdes casi lo más bonito. Dentro de tres días cambiamos de país!
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