Muchas veces os hemos dicho que nos encanta coger una moto y salirnos de las ciudades, normalmente llenas de turistas, para ver cuál es la realidad y la esencia de los lugares que visitamos. Esta vez hemos dado un paso más y hemos alquilado una moto durante tres días para recorrer la meseta del Bolaven Plateau. ¿Con qué nos hemos encontrado? Con montones de campos de café, aldeas pequeñas con sus niños saludando a pie de carretera y cascadas preciosas. Además, hemos aprovechado para poner nuestro granito de arena en un proyecto muy chulo que lleva a cabo Big Brother Mouse para acercar la lectura a todos los niños de Laos. ¿Suena interesante?
CÓMO LLEGAR
Para visitar el Bolaven Plateau tomamos como ciudad base Pakse, una ciudad al sur de Laos situada a 670km de Vientiane. Como está bastante lejos decidimos viajar en autobús nocturo, así no perdíamos un día entero y nos ahorrábamos una noche de alojamiento. Tardamos en llegar unas 11 horas y nos costó 160.000 kips (18,5€) por persona. Nos daba un poco de miedo porque las carreteras en Laos, como ya os hemos dicho muchas veces, no son nada buenas. Pero para nuestra sorpresa el viaje fue bastante bien. El autobús era gigante y, en lugar de asientos, había camas. Como lo leéis! Si tenéis curiosidad por verlo y escuchar a Mario contando cómo fue el trayecto no os perdáis este vídeo!
Nada más llegar por la mañana a Pakse nos pusimos en busca de una moto y por 150.000 kips (17,4€) alquilamos una para 3 días. En el mismo lugar donde la alquilamos pudimos dejar la mochila grande (sin nada de valor, por supuesto) y nos llevamos lo imprescindible en la pequeña. La moto, por cierto, era muy nueva y estaba muy bien.
QUÉ HICIMOS
Pakse habíamos leído que no tenía nada que ver, así que ni nos molestamos en visitarla.
DÍA 1. PAKSE-TAD LO: VISITA A UN COLEGIO
En esta primera etapa recorrimos unos 90km hasta llegar a Tad Lo, el pueblito donde dormimos. Por el camino pasamos por un montón de aldeas. Paramos en algunas de ellas, vimos como vivían e intentamos conversar con sus gentes. Resultó complicada la comunicación porque eran bastante tímidos y no nos entendíamos… pero los niños enseguida salían a la puerta de sus casas, nos observaban y nos saludaban.
En una de las aldeas visitamos el colegio con el objetivo de entregarles unos libros que habíamos comprado en Luang Prabang en Big Brother Mouse. Para resumir mucho muchísimo Big Brother Mouse tiene como objetivo acercar la lectura a todos los niños de Laos y hacer que ésta se convierta en una actividad placentera para ellos. Pero si queréis saber más sobre Big Brother Mouse no os perdáis este post.
Cuando llegamos a la escuela todos los niños estaban jugando en el patio y todos interrumpieron el juego para venir a saludarnos. Empezaron a salir niños hasta de debajo de las piedras, nos rodearon y nos decían cosas en su idioma que no entendíamos. Nos llevaron a su clase y pasamos un rato muy agradable con ellos mientras le enseñabamos palabras en inglés y ellos nos las enseñaban en su idioma.
Cuando vino el profesor intentamos explicarle el motivo de nuestra visita pero la comunicación no fue nada fácil! Finalmente conseguimos dejar allí los libros, cruzamos los dedos para que hubiera comprendido nuestro mensaje y emprendimos el camino hacia Tad Lo.
DÍA 2. TAD LO-PAKSONG: UNA EXCURSIÓN INESPERADA A UNA CASCADA
En Tad Lo, muy cerquita de donde nos alojábamos, había una cascada, Tad Hang, y sabíamos que al lado se encontraba otra, Tad Lo. Así que cuando nos despertamos nos fuimos a verlas (son gratuitas).
Cuando estábamos en la segunda cascada vimos un cartel que señalaba dos poblados y otra cascada a 3,6 km. Nos pareció que 3,6 km para ir andando era demasiado y se nos iba a hacer tarde, así que decidimos ir en busca del primer poblado con la idea de visitarlo y volver a Tad Lo para coger la moto.
Cuando estábamos llegando al poblado nos encontramos con un señor mayor que, no sabemos cómo, nos lió para ir hasta la tercera cascada. En lugar de ir por el camino normal, nos llevó por el medio de campos y aldeas locales. Sin darnos cuenta, estuvimos caminando durante más de una hora pasando por dos poblados, cruzando riachuelos, viendo animales e intentando comunicarnos con el señor con gestos porque no había otra manera. A mitad de camino se unió un niño que chapurreaba un poquillo de inglés. Al llegar resultó que la cascada estaba totalmente seca y sólo caía un hilito de agua! Pero el señor no se había pegado la caminata hasta allí por gusto…y, al llegar, nos pidió dinero. Pero es que el niño también quería!
A la vuelta nos llevó por la carretera y casi nos morimos de calor! Cuando por fin llegamos a Tad Lo pueblo el señor nos pidió que le compráramos comida. Al principio nos pareció un poco mal pero la verdad es que el señor nos dio pena y acabamos dándole dinero y comprándole comida. Así que, sin comerlo ni beberlo, nos pegamos una caminata de más de 7km y llegamos reventados! Comimos y nos pusimos rumbo a Paksong. Recorrimos unos 50 km en moto y nos perdimos, pero al final llegamos sanos y salvos!
DÍA 3. PAKSONG-PAKSE: JORNADA DE CASCADAS INCREÍBLES
Este trayecto estuvo marcado por los campos de café y las cascadas. Laos es productor de café desde que los colonos franceses lo introdujeron en el país hace unos 100 años. Y en la zona del Bolaven Plateau hay cientos de campos de plantación de café, que luego secan sobre enormes mantas en el suelo. Los que nos conocéis sabéis que no somos mucho de café pero el que probamos aquí estaba buenísimo, tan bueno que no hacía falta ni azúcar.
De camino a Pakse visitamos tres cascadas. La primera fue Tad Yuang, una cascada muy bonita, con una zona tranquila para bañarse e incluso hacer picnic.
La segunda cascada fue Tad Fane. Una cascada espectacular con más de 100 metros de caída.
Por último, paramos en Tad Itou, una cascada más normalita pero en la que también pasamos un ratito agradable.
DÓNDE DORMIMOS
– En Tad Lo dormimos en MamaPap. No es una guesthouse sino una homestay, es decir, que se duerme en la misma casa de la dueña. La parte de arriba la ha habilitado con colchones separados con cortinas y vale 25.000 kips (3€) la noche. El baño es compartido, no sólo con los huéspedes, sino también con la familia. No está mal pero por el precio no se puede pedir más. Además la mujer es muy majeta y hace unas porciones de comida enormes!
– En Paksong elegimos Simmali que habíamos leído que era de lo mejorcito de la zona. Aún así, sin más. Es una habitación normalita, con la cama bastante pequeña y algún que otro mosquito. El precio 50.000 kips (6€) la noche.
– En Pakse, después de comparar varias guesthouses, nos quedamos en Vilaysak por 70.000 kips (8€). La habitación era muy amplia, con dos camas separadas, un baño muy grande privado y wifi en la habitación (en otras sólo funcionaba en el recibidor). La habitación estaba bastante bien, pero no estaba muy limpia.
NUESTRAS IMPRESIONES
Durante estos tres días en moto hemos pasado por muchos pueblos. A primera vista parecen pueblos que no están muy desarrollados y que están retrasados en el tiempo. Sin embargo, nos ha llamado la atención una cosa que nos ha hecho reflexionar. Nos hemos encontrado con gente que tenía smartphones, coches, motos, etc. Además, tienen sus negocios. Por ejemplo, comercian con café que producen ellos mismos o tienen una guesthouse. Y, sin embargo, siguen viviendo rodeados de sus animales, en chozas de madera, con baños muy precarios y a penas muebles. Y resulta que viven bien y están felices. Esto nos ha hecho plantearnos, ¿realmente necesitamos todas las comodidades o ataduras que tenemos en el mundo occidental para poder ser felices?
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