¿A que no sabíais que en Vietnam también hay desierto (bueno, desiertillo)? Pues sí, y se encuentra en Mui Ne, al sur de Vietnam, a unas 5 horas en autobús de Ho Chi Minh.

CÓMO LLEGAR

Por la mañana cogimos un autobús que, por 110.000 dong (4,5€) por persona, nos llevó a Mui Ne. El billete lo compramos en Ho Chi Minh en Panda Tour porque nos lo dejaban más barato, pero hay miles de agencias. Por cierto, menudo viajecito nos dio el puñetero conductor pitando a todo lo que se movía! Estos vietnamitas no saben frenar y esperar en las intersecciones o si algún vehículo se cruza. No… ellos pa’lante como los de Alicante! Y si se llevan a alguien por delante mala suerte!

QUÉ HICIMOS

1. PLAYA

Es un destino de playa bastante común entre los rusos. La playa no es nada del otro mundo pero hay viento y oleaje y para hacer skite surf está muy bien. De hecho, está lleno de escuelas para aprender y alquilar equipamiento.

2. MUI NE PUEBLO

Es un pueblecito pequeño de pescadores muy auténtico, a unos 10 km de la zona donde nos alojábamos. En el puerto había decenas de barquitos, algunos tan simples como una especie de piscina redonda que mueven con remos. Estos barcos dejaban a cualquier hora del día una estampa tan bonita como ésta:

3. DUNAS BLANCAS

A unos 20 km del pueblo se encuentran las dunas blancas.  Parece mentira que allí, en medio de la nada, aparezcan estas dunas.

No es un espacio excesivamente grande, pero lo suficiente como para hacerte sentir en un auténtico desierto (o al menos eso nos pareció a nosotros que no hemos estado nunca en uno 😉 ) El sol pegaba de lo lindo y nos tuvimos que poner unas toallas en la cabeza para no morir de insolación! Además, la arena quemaba que daba gusto… Y claro, nosotros muy espabiladicos nos vamos al desierto en chanclas!

En algunos momentos lo pasamos un poco mal pero eso no nos impidió hacernos unas fotos muy chulas 🙂

4. ARROYO DE LAS HADAS

Es un arroyo de unos 2km de longitud que se puede recorrer andando desde dentro, pues el agua llega más o menos a los tobillos. El arroyo fluye entre bosques de bambú y dunas de color rojizo, lo que hace que durante el recorrido se vea un contraste de colores muy bonito.

5. DUNAS ROJAS

Muy cerquita del Arroyo de las Hadas están las dunas rojas, igual de bonitas que las blancas.

Hay que tener cuidado porque, nada más llegar, hay un montón de hombres señalándote donde puedes aparcar para luego pedirte dinero. Pero, en realidad, es gratis! Cuando aparcamos la moto enseguida vinieron unas niñas pequeñas intentando vendernos unos plásticos para tirarnos por las dunas. Estuvimos un rato hablando con ellas, intentando hacerles ver que debían ir al cole en vez de estar allí vendiendo. Pero ellas contestaban todo el rato que no podían porque su mamá no tenía dinero. Al momento apareció una mujer, que suponemos que sería la madre. También intentamos hablar con ella, pero no le interesaba y no quiso escuchar. Una pena, la verdad…

Bueno, a lo que íbamos con las dunas. Como fuimos por la tarde a última hora la arena no quemaba y había un montón de gente tirándose con los plásticos que vendían las niñas.

Nosotros, como no lo compramos, nos divertimos igual que ellos saltando por nuestra cuenta! 🙂 O igual más, porque a ellos se les quedaba el plástico atascado en la arena y no se deslizaban jiji.

Aprovechamos, también, para hacer alguna fotillo artística…

… y para ver un bonito atardecer.

6. COMER PESCADO FRESCO

A lo largo de la costa hay muchísimos restaurantes con pescado y marisco en unas peceras, eliges el que te gusta y te lo hacen a la plancha o frito. También tienen animales más exóticos, como ranas, serpientes, cocodrilos, etc. y como nosotros tenemos que probarlo todo… pues nos pedimos cocodrilo! Y para nuestra sorpresa sabía a… pollo! 😮

DÓNDE DORMIMOS

En esta ocasión elegimos la Strawberry guesthouse por 10$ la noche, con aire acondicionado, agua caliente y baño privado. La verdad es que estaba bastante bien y también tenía restaurante.

NUESTRAS IMPRESIONES

• Si no eres de los que no salen de sus resorts a pie de playa, que aquí había muchos por cierto, alquila una moto y recorre los alrededores, que es lo que realmente merece la pena. El pueblo en sí no tiene mucho y la playa está bastante descuidada, con mucha basura.