Cuando la UNESCO nombra a una ciudad Patrimonio de la Humanidad lo hace por algo y Hoi An tiene, indudablemente, un encanto especial. Es una ciudad costera, no muy grande, en la parte central de Vietnam. Fue un importante puerto comercial durante los siglos XVI y XVIII que atraía tanto a chinos, como japoneses y europeos. Y es esta mezcla de culturas la que la hace tan especial.
CÓMO LLEGAR
Cambiamos de planes y a última hora decidimos que íbamos a Hoi An. Tan a última hora que sólo quedaba una hora para que saliera el bus desde Mui Ne. Así que nos encontramos con que los precios eran carísimos o que, simplemente, los autobuses estaban llenos. Nos recomendaron que cogiéramos billete hasta Nha Trang y allí compráramos el billete a Hoi An, ya que es una ciudad más grande y habría más oferta. Eso hicimos, nos la jugamos y salió perfecto!
Cogimos el bus a Nha Trang (4 horas-6$). Nada más bajar del bus había una oficina y preguntamos. La chica llamó para comprobar disponibilidad y resulta que el bus ya había salido pero paraba y nos esperaba. Pagamos 250.000 dong cada uno y nos metieron en una furgoneta, corriendo como locos por la carretera. Pero finalmente cogimos el bus! Uno nocturno, donde pasamos la noche la mar de bien en esos asientos-camas vietnamitas tan molones.
QUÉ HICIMOS
1. UN VESTIDO A MEDIDA
Habíamos leído que Hoi An era muy famosa por sus tiendas de confección, donde te puedes hacer cualquier cosa a medida a muy buen precio. Pero cuando llegamos alucinamos! Hay más de 700 tiendas donde elegir y puedes hacerte lo que quieras: vestidos, trajes de chaqueta, camisas, zapatos de piel, etc. Sólo necesitas llevar una foto de lo que quieres, escoger una tela y te lo reproducen a la perfección. Eso sí, cada tienda tiene telas y precios diferentes, así que es bueno comparar.
Pilar aprovechó para hacerse un vestido para una boda de alguien especial. Te contamos como fue el proceso aquí para que este post no nos quede demasiado largo.
2. PASEAR POR LA ZONA ANTIGUA DE LA CIUDAD
La zona antigua de la ciudad es super bonita. Quizás nos atreveríamos a decir que es de las más bonitas que hemos visto en nuestro viaje. Se puede apreciar una mezcla de influencias chinas, francesas y japonesas que hacen el centro de la ciudad muy especial. Está lleno de casitas amarillas de estilo colonial francés, con su negocio en la parte inferior. Estas casitas de mezclan con templos chinos…
… y un puente japonés que data del año 1590.
Pasear por la orilla del río también es muy agradable. Está siempre lleno de barquitas dispuestas a darte una vuelta por el río.
También nos encontramos cosas curiosas como éstas:
Si por el día el centro es bonito, por la noche lo es incluso más. Todas las calles se llenan de guirnaldas y farolillos de colores, creando un ambiente realmente mágico.
3. EXPLORAR LOS ALREDEDORES EN BICI
El centro es muy bonito pero es taaaaan turístico que quisimos coger unas bicis para descubrir un poco cómo vive la gente fuera del barullo.
Nos dimos cuenta de que el negocio textil debe dar bastante dinero porque nos encontramos con casas impresionantes que contrastaban con el ambiente rural. Vimos numerosos campos de arroz, con sus trabajadores recogiéndo el arroz y sus búfalos.
Y nosotros aprovechamos para echarnos unas fotos con los búfalos 🙂
Hoi An también tiene playa, muy larga y muy chula pero hacía bastante frío y no pudimos disfrutarla. Había mucho oleaje y al romper las olas en la orilla salía una espuma que nunca antes habíamos visto!
4. CENAR CON GENTE LOCAL
Hoi An, además, es considerada la cuna de la gastronomía vietnamita. Pues sí, esta ciudad lo tiene todo! Y la verdad es que aquí hemos probado la mejor comida de todo el país y a precios que ni os imagináis. Los platos de la foto de abajo son del restaurante Tuan Trung que está al lado de la playa. Estaban todos para chuparse los dedos!
Una noche fuimos a cenar a un local de bocadillos. Les debimos caer en gracia y nos dijeron que al día siguiente, si queríamos, nos llevaban a cenar a un restaurante local muy barato. Fue una situación un poco rara porque al principio entendimos que nos invitaban a cambio de que le diéramos una buena crítica en Tripadvisor, pero al final acabamos pagando toda la cena nosotros. De cualquier manera, estaba todo exquisito! Probamos maíz con mantequilla, pastel de pescado, ostras con cacahuete y lima, ensalada de medusa, rollitos de primavera, sopa de almejas y sopa de pollo. Nos gustó tanto que al día siguiente repetimos 🙂
DÓNDE DORMIMOS
Un hombrecico por la calle nos lió para que fuéramos a Gia Vien Homestay. Es una homestay muy nueva, es decir, una casa enorme donde viven los dueños y la han acondicionado para alquilar las habitaciones. Estaba genial y la decoración muy bonita por 10$ la noche. El único problema era que la mujer era suuuper pesada! Todos los días nos preguntaba qué día nos íbamos y nos intentaba meter que si bicis, que si desayuno, que si taxi (taxi?!?!)… En fin, que era una interesada del dinero y encima sus precios eran bastante altos.
NUESTRAS IMPRESIONES
- No nos ha gustado que todo gire en torno al dinero y que los locales te vean como dólares andantes. Iban con la moto, se bajaban cuando te veían para ofrecerte un traje a medida, hacías una foto en la calle y te pedían 1$, y así miles de ejemplos…
- Para nosotros, el mejor sitio para desayunar y merendar fue el hotel Hop Yen. Mario estaba enamorado de sus pancakes y cada día les hacíamos una visita! Además los precios eran increíblemente baratos!
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