Amritsar está situada en el noroeste de India, en la frontera con Pakistán. Es la ciudad sagrada de los sijs y nada más poner un pie en ella se respira espiritualidad y bondad a partes iguales en cada una de sus esquinas. Lo que vimos y lo que sentimos en esta ciudad es difícil de explicar con palabras, fue algo muy muy especial que nos hizo reflexionar y replantearnos muchas cosas. Si sigues leyendo entenderás por qué.
Antes de empezar, te dejamos un vídeo resumen de nuestros días por Amritsar:
CÓMO LLEGAR
Estábamos en Rishikesh y para ir a Amritsar primero tuvimos que trasladarnos hasta Haridwar. Los autobuses salen muy frecuentemente todos los días, tardan unos 50 minutos en llegar y nosotros pagamos 40INR por persona (0,50€ aprox).
En el mismo sitio donde nos dejó el autobús se encontraba la estación de tren, donde cogimos un tren nocturno hasta Amritsar. Fueron las 8 horas de trayecto más horribles de nuestra vida! En condiciones normales, viajar en tren en sleeper class está bien, pero en invierno y de noche no! Pasamos muchísimo muchísimo frío porque las ventanas no cierran bien y entra aire por cada una de las rendijas. Y eso que íbamos avisados y nos pusimos toda la ropa que teníamos: térmica, polar, sudadera, abrigo, guantes, gorro, etc. Nada de eso fue suficiente y no pudimos pegar ojo en toda la noche.
RECOMENDACIÓN: En invierno no viajéis de noche en tren a no ser que llevéis una buena manta para taparos. |
QUÉ HICIMOS
1. TEMPLO DORADO
El templo dorado es el epicentro de los sijs. Es como su «meca» a la que tienen que ir una vez en su vida. Es un templo rodeado de un lago cuyas aguas se consideran sagradas y aquí los fieles vienen a purificarse. Pero antes de seguir hablando del templo y de nuestra experiencia allí es necesario que hablemos sobre qué es el sijismo y en qué se basa para poder comprender todo.
Quizás no hayáis oído hablar nunca de los sijs, pero seguro que sí que los habéis visto. Es fácil reconocerlos por sus largas barbas y sus turbantes de colores. Y esto tiene su explicación. Uno de los señores que conocimos en el templo nos explicó que los sijs deben llevar siempre sus 5 kakkars (símbolos):
- Kesha: barba y pelo largo, no pueden cortarse ningún pelo de su cuerpo en señal de respeto a la creación de Dios. Su pelo largo lo guardan bajo el turbante y debe ser un arte ponérselo, algunos tardan hasta 20 minutos!
- Kangha: peine, para mantener su pelo y su barba.
- Kara: pulsera de acero que simboliza la valentía.
- Kirpan: un sable que significa poder.
- Kaccha: una especie de calzoncillo holgado como símbolo de modestia.
El sijismo es la novena religión con más creyentes en el mundo y la mayoría se encuentran en India, en la región del Punjab. El segundo lugar con mayor número de sijs es Estados Unidos y, de hecho, varios de ellos han sido asesinados confundidos por islamistas. La religión fue fundada por Gurú Nanak para intentar acabar con las disputas entre musulmanes e hindúes. Según esta religión, existe un solo dios y éste está en cada uno de nosotros. Por ese motivo, creen en la igualdad de todos sin importar el color de la piel, sexo, religión ni condición social. Pero además al recordar a dios todo el tiempo deben promulgar valores positivos como la generosidad, la verdad o el amor y suprimir los negativos como la ira o el egoísmo. Las doctrinas del sijismo están recogidas en un libro sagrado llamado Gurú Granath Sahib que se guarda y custodia dentro del templo dorado. El libro viene a decir, resumiendo mucho, que siempre se debe hacer el bien a los demás. Así que siguiendo estos preceptos los sijs son personas super solidarias, respetuosas, que ayudan siempre a los demás.
En cuanto llegamos al templo, unos niños, que nos debieron ver más perdidos que un pato en un garaje, nos explicaron que para entrar debíamos quitarnos los zapatos, guardarlos en unas taquillas que hay, cubrirnos la cabeza y lavarnos los pies. Nosotros los mirábamos pensando, a ver cuanto dinero nos piden ahora. Pero para nuestra sorpresa no nos pidieron nada. Aquí la gente te ayuda de corazón y sus sonrisas son sinceras.
Muestra de ello es el comedor que hay en el interior del templo. Aquí cientos de personas trabajan voluntariamente de forma super organizada para proporcionar comida a todo aquel que lo desee de forma gratuita. Leímos que ofrecen más de 15.000 raciones diarias. Y no importa qué día de la semana vayas o a qué hora, que siempre tendrás un plato de comida caliente. Y no os penséis que es cualquier cosa, es una comida super buena. A nosotros nos dieron daal (lentejas), chapati (especie de pan) y un curry de patatas. También dan te chai y agua. Y es increíble ver como todo el mundo ayuda. Al entrar al comedor unos hombres te dan tu plato y tu cuchara, te dirigen al salón y allí te sientas sobre una alfombra y esperas a que pasen otros voluntarios (en muchas ocasiones niños) a servirte la comida. Cuando terminas, otros voluntarios limpian el suelo concienzudamente (está siempre reluciente!) y se forman cadenas humanas para recoger y fregar los platos.
También muchos ayudan a preparar la comida, los ves en el suelo sentados pelando ajos, cortando jengibre, sacando guisantes de sus vainas, lo que toque en el momento!
Aunque es gratuito, se aceptan donaciones. Al fin y al cabo la comida no cae del cielo… A nosotros nos resultó muy impactante ver cómo hay gente que se organiza de esa manera de forma voluntaria para ayudar a los demás. Ojalá todos aprendiéramos algo de ellos…
Pero no acaba aquí la cosa. También dan alojamiento gratis. Enfrente del templo hay un edificio en el que se puede quedar a dormir todo el que quiera, los extranjeros también. De hecho, para nosotros hay una zona a parte. Cuando se llenan las habitaciones, como no quieren negarse a darle una cama para dormir a nadie, ofrecen un colchón para que al menos puedas quedarte en el suelo. Y cuando estuvimos nosotros había decenas de personas en el suelo! Y uno puede pensar que con tanta gente estará todo hecho un asco, nada más lejos de la realidad. Están limpiando continuamente y está todo reluciente. Es una pasada.
Volviendo a lo que es el templo en sí, es un recinto precioso, tanto de día como de noche. Aquí pasamos horas paseando entre sus porches y observando a la gente. Familias enteras vienen, rezan, se bañan, bañan a sus niños pequeños por primera vez, se escuchan mantras, cantos religiosos. Se crea una atmósfera difícil de explicar. Lo que se vive aquí hay que experimentarlo en primera persona porque es una sensación totalmente indescriptible.
2. PARQUE JALLIANWALA BAHG
El parque en sí no tiene nada, lo que lo hace especial es la historia que esconde.
Más o menos la historia dice así: los indios ayudaron a los ingleses en la primera guerra mundial porque pensaron que así, mostrándoles su apoyo, tendrían una mayor autonomía. Pero no fue así. Así que empezaron a revelarse y a crear movimientos independentistas. Los ingleses, que esto no les gustó un pelo, crearon unas leyes muy duras y restrictivas con las que podían meter a la cárcel a cualquiera sin dar ningún tipo de explicación, entre otras cosas. Los indios, en señal de protesta, se reunieron en este parque el día 13 de abril de 1919, fecha en la que los ingleses entraron y dispararon sin discriminación alguna a todo el que allí había. Murieron según los ingleses unas 300 personas y según los indios más de 1.000, incluidos niños. De cualquier manera lo que se vivió allí fue horrible, muchos murieron por los disparos pero muchos otros murieron al intentar escapar de ellos ahogados en un pozo o aplastados en avalancha. Hoy en día todavía se pueden ver las marcas de las balas en la pared.
Así que este parque es un memorial en honor a aquellos que murieron de forma inocente aquel día. Y para conmemorarlos hay una llama que se mantiene siempre encendida. Pero a parte de esto, es un lugar de encuentro para familias y amigos, que vienen a pasar la tarde. Cuando estuvimos nosotros muchos de ellos se nos acercaron a hablar y a hacerse fotos con nosotros.
3. CEREMONIA EN LA FRONTERA CON PAKISTÁN
Es un desfile militar de India y Pakistán, que se celebra todas los días, desde 1948, en el punto fronterizo de Wagah. Ambos países estaban colonizados por los ingleses y tras la independencia se separaron, los musulmanes se fueron para Pakistán y los hindúes para India. Pero siempre han estado en conflicto. Así que este desfile nació para demostrarse mutuamente lo bien preparados que estaban para el combate. Hoy en día es más un espectáculo (amistoso) que otra cosa y es totalmente surrealista.
Vamos a resumir mucho lo que aquí pasa para que no se haga muy largo:
- Llegas y te sientas en unas gradas alrededor de la puerta fronteriza junto con miles de personas más. Por ser extranjero te sientan en una zona VIP para que puedas ver mejor.
- Hay música muy alta y los espectadores de ambos lados gritan, cantan y vitorean a los militares de su país. Parece que estés en un partido de fútbol.
- Los soldados ataviados con trajes verdes en India y negros en Pakistán empiezan el desfile. Empiezan a hacer movimientos un tanto cómicos, levantando la pierna hasta la cabeza, dando fuertes pisotones, gritando, lanzándose miradas asesinas y mostrando signos de «yo soy el más fuerte» continuamente.
- Abren la puerta, se dan un apretón de manos y sigue el espectáculo.
- Al final se vuelven a dar la mano, bajan la bandera y cierran la puerta.
- Mientras todo esto pasa los espectadores de cada lado no dejan de gritar y animar a su “equipo“. Llevan hasta banderas!
Aunque es una cosa muy surrealista es muy interesante venir a verlo. Por cierto, un dato curioso. El levantamiento ese de pierna hasta la cabeza está causando muchos problemas de espalda y rodillas a los militares que lo hacen. India ha propuesto una modificación pero Pakistán dice que nanai de la China, que hay que seguir con tradición.
CONSEJOS: Está a 30km de Amritsar y nosotros pagamos 250 INR por un rickhsaw ida y vuelta. No llevéis mochilas, hay que pasar un control antes de entrar y no dejan entrarlas. Nosotros nos llevamos solo el móvil, el pasaporte y el dinero. Si necesitáis agua o snacks venden allí, tanto fuera como dentro del recinto. |
DÓNDE DORMIR
Recomendamos muchísimo vivir la experiencia de dormir en el templo. Que como hemos dicho antes es en un edificio enfrente del templo, no se se duerme dentro del templo como pensábamos nosotros. Allí hay reservadas para extranjeros una habitación grande de unas 10 camas y 3 más pequeñas con 3 camas cada una. Todas ellas tienen mantas y taquillas para guardar tu mochila. Habíamos leído muchas historias de chinches pero nosotros no tuvimos ningún problema. De hecho dormimos super bien y muy calentitos, que ese el miedo que teníamos. Los baños son compartidos pero muy limpios y hay agua caliente.
Y si os queréis dar un caprichito os super recomendamos el hotel Ranjit’s SVAASA. Es una antigua haveli de más de 250 años, es decir, una mansión de la época colonial británica convertida en hotel – spa. Os contamos todo aquí.
DÓNDE COMER
Comer en Amritsar nos resultó barato y comimos bastante bien. Os vamos a recomendar 3 sitios que fueron nuestros preferidos:
- AK restaurant. Aquí vinimos muchas veces tanto a desayunar como a comer porque era muy barato y estaba buenísimo. Lo típico de aquí es la kulcha, de hecho es el plato estrella de Amritsar y lo encontrarás en todos sitios. Es una especie de pan relleno de patata, coliflor o queso. También nos gustó mucho el paratha.
- Kesar Da Dhaba. Al parecer debe ser uno de los restaurantes más famosos de la ciudad y estaba lleno. Aquí comimos malai kofta y su plato estrella, el fried daal, que son como unas lentejas negras super buenas aunque un poco aceitosillas. Para acompañar pedimos lachha parathas que estaban tan buenas que repetimos.
- Giand Chan lassi. No os esperéis un restaurante, es más un garitillo cutre, pero tienen un lassi bueno y puedes ver cómo lo hacen. También tienen dulces.
NUESTRAS IMPRESIONES
- Sabemos que Amritsar queda lejos de cualquier ciudad pero creemos que todo el mundo debería incluirla en su itinerario porque es una ciudad muy muy muy especial. Avisamos que engancha y querréis quedaros más días de los planeados!
- Al principio los sijs pueden causar impresión e incluso miedo con esas barbas largas, sus turbantes y su sable. Pero son las personas más amables que hemos conocido. Y no solo dentro del templo, paseando por la ciudad uno respira esa bondad y esas ganas de ayudar en cada rincón. Por cierto, recomendamos también salir del templo y dar una vuelta por las callejuelas de la ciudad.
- Nuestros días en Amritsar fueron días de reflexión y de aprendizaje personal. Son experiencias como éstas las que te remueven y te hacen crecer. Eso es uno de los motivos por los que nos encanta viajar.
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