Una de las cosas que tiene viajar en tuktuk es que podemos (o debemos, para no pegarnos un porrón de horas de viaje) parar en puntos intermedios que quizás no pararíamos si fuéramos en autobús, así que descubrimos lugares interesantes fuera de las ciudades principales. Uno de esos descubrimientos fue el hotel Rockwood Villa, donde tuvimos una experiencia local muy interesante.
LOCALIZACIÓN
Está situado en las afueras de Kandy, a unos 12 km de la ciudad. Para llegar se sube como la montaña por una carretera llena de curvas, pero una vez allí el barrio es super tranquilo. Lo cual se agradece, porque Kandy está super congestionada.
INSTALACIONES Y SERVICIOS
Hay dos cosas que hacen este hotel especial: los masajes y la comida.
El dueño de Rockwood Villa es un doctor de Ayurveda, el Dr. Don Vasantha Karasingha Arachchique, que tiene más de 20 años de experiencia. Ha vivido muchos años en Italia, donde trabajó como masajista, y ahora vive en la planta de arriba del hotel y proporciona este servicio de masaje a los clientes. Nosotros lo probamos y tenemos que decir que fue una experiencia rara pero muy interesante y relajante!
El lugar donde se hace el masaje es como una especie de carpa que está en el jardín de la casa.
La experiencia completa fue de una hora de duración por persona. Primero nos tumbamos en un colchón en el suelo y nos dio un masaje tipo tailandés, con los pies, y estirándonos todas las partes del cuerpo.
Después, nos tumbamos en una camilla y nos dio un masaje por todo el cuerpo con aloe vera natural. Pero natural natural, tan natural como que cortó las hojas directamente de su jardín, las abrió y sacó toda la pulpa del aloe vera para darnos el masaje.
Y por último, nos metimos en una especie de sauna. Tenía aspecto de ataúd de madera, nos tumbamos y se cerró la caja sin cubrirnos la cabeza. Allí estuvimos como 20-30 minutos, sintiendo el calor que desprendía aquello con olor a hierbas aromáticas diferentes que había echado. Mientras tanto, el señor nos daba un masaje en la cabeza con aceites esenciales.
Cuando terminamos nos dimos una ducha con el mismo agua con hierbas utilizado en la sauna. Salimos de allí super relajados y esa noche dormimos como hacía tiempo que no lo hacíamos!
El segundo punto fuerte del hotel es la comida. Es totalmente casera y está buenísima y abundante. No hay menú a elegir, sino que el cocinero te prepara lo que considera en función de los productos que tenga en ese momento. Es siempre comida local pero muy variada.
En cuanto a instalaciones, el hotel tiene además varias zonas comunes con sofás, sillas y mesas.
El personal del hotel es muy amable y se portaron muy bien con nosotros. Pilar estaba un poco resfriada y con tos y el doctor le dio una medicina ayurvédica totalmente gratis y llamó a una doctora «normal» para que la mirara y no tuvimos que pagar nada.
NUESTRA HABITACIÓN
La habitación es muy cómoda y agradable. Es amplia, tiene vistas al jardín y la cama es cómoda. El wifi funciona bien y en la habitación había agua gratuita.
Una cosa interesante es el baño. Es enorme y está como incrustado en una roca. De hecho, la ducha está en la misma roca que ha sido tallada para que puedas sentarte mientras te duchas. Además tiene sal para que te hagas exfoliaciones y luces de colores diferentes, que al parecer están relacionadas con el estado de ánimo.
INFORMACIÓN ÚTIL
Dirección: 96, Aurweda road Pallekale, Kundasale
Página web: http://www.rockwoodvilla.com/
Precios: Unos 16 € sin desayuno
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