Cuando planificas un viaje siempre intentas leer opiniones y experiencias de otros viajeros sobre lugares recomendados. Ésto tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes: no hay factor sorpresa, pues ya sabes lo que te vas a encontrar y, normalmente, la gente suele seguir las mismas recomendaciones que tú, por lo que esos lugares están muchas veces masificados. En cambio, otras veces, te dejas llevar y descubres lugares de ensueño. Y éso nos ocurrió con Koh Kradan. Nunca habíamos oído hablar de esta diminuta isla situada a medio camino entre las famosas Koh Lanta y Koh Lipe, no la habíamos visto en ninguna guía de viaje, pero fue llegar y enamorarnos perdidamente de ella. Sin duda, es un paraíso escondido en medio del mar Andamán.
CÓMO LLEGAR
Para llegar a Koh Kradan hicimos base en Trang, una ciudad bastante grandecita sin más turistas que los que, como nosotros, se acercan hasta aquí para coger un barco que les lleve a las islas cercanas. Para llegar desde Ao Nang, cogimos un «bus local» (llámese remolque con asientos) hasta la estación de Krabi town y aquí otro hasta Trang. Por todo pagamos 160bath (4€) cada uno. Una vez en Trang cogimos los billetes de barco. No os sabemos decir cuánto costaba porque nosotros cogimos todos los billetes que necesitábamos hasta llegar a Malasia, es decir: Trang-Koh Kradan-Koh Bulone-Koh Lipe- Langkawi. Pagamos un total de 5400 bath (135€) entre los dos.
Si llegáis a Trang dad una vuelta por la ciudad para empaparos bien de su ambiente local (encontraréis cosas baratísimas! Nosotros comimos por 30 bath (0,75€)!) y visitad el night market, lleno de cosas muy apetitosas para cenar. Aquí Mario aprovechó para cortarse el pelo que falta le hacía!
QUÉ HICIMOS
Es complicado explicar qué hicimos porque no hicimos nada! Bueno sí, pasear por la orilla del mar, relajarnos en una hamaca, bucear, volver a pasear, volver a relajarnos y, sobre todo, disfrutar de la tranquilidad característica de este bonito lugar. Ah, también tuvimos un pequeño susto que luego os contamos…
1. PARADISE BEACH
Es la playa principal de la isla, salpicada por algún que otro resort (no más de 5) y unos pocos restaurantes, y es aquí donde se concentra la vidilla de la isla. Así que os podéis hacer una idea de la tranquilidad que se respira.
Es una playa estupenda para pasear, el agua está super clara y calmada, y para que te cubra un poquito tienes que andar metros y metros hacia adentro.
De repente, llegas a un punto que el color del agua es más oscuro, te pones las gafas para averiguar por qué y descubres un mundo totalmente mágico bajo el mar. Un arrecife de coral precioso que, hasta el momento, nunca habíamos visto: coral de color morado, verde, rojo, unos con forma de seta enorme, otros de cerebro, otros como si fueran unos finos filamentos que se mueven con la corriente marina… pececitos de todos los colores jugueteando entre ellos, nemos, morenas, peces blancos que quieren atacar y se te tiran a las gafas y erizos con púas negras largas y ojos azules que te miran como diciendo «como me pises te enteras!». De nuevo, nos arrepentimos de no tener una cámara acuática. Y a falta de fotos bajo el mar, os mostramos más del paisaje.
Caminando por la orilla hasta el final llegamos a una playa más descuidada, en la que no había ningún resort. Estábamos completamente solos y pasamos la tarde escuchando el sonido del mar, sólo interrumpido por el canto de los pájaros. En ese momento no éramos conscientes de dónde estábamos y de que muy pocas veces en la vida vamos a poder disfrutar de un paraíso así.
Un día nos levantamos a las 5 de la mañana y vimos un amanecer muy bonito.
2. AO NIENG
Es una playa todavía más tranquila e igual de preciosa que la anterior.
Sólo hay un pequeño resort con bungalows (más baratos), un restaurante y tú. Nosotros veníamos aquí a merendar pancakes que estaban muy buenos. Los señores eran muy agradables y, de vez en cuando, los veías salir con su barca a pescar y venían con alguna sepia o calamar que te lo cocinaban en el momento.
Está un poquito más al sur de Paradise beach. Por la tarde, que baja la marea, se puede ir paseando por las rocas. Si no, hay ir por el centro de la isla, llegar a Paradise Lost Resort y de ahí desviarte por un caminito atravesando el bosque.
De día nos pareció bonita, pero al atardecer pudimos contemplar imágenes tan bonitas como ésta.
3. SUNSET BEACH
Muy cerquita de la anterior y para llegar a ella hay que cruzar por medio del bosque.
Desde aquí pudimos ver un atardecer muy bonito.
¿Y cuál fue el pequeño susto que tuvimos? Cuando estábamos allí hubo un terremoto en Indonesia, con el mismo epicentro que el que hubo en 2004, que como sabéis provocó un tsunami devastador. Cuando leímos la noticia se hablaba de riesgo de tsunami, así que os podréis imaginar los nervios que pasamos, preguntando qué había que hacer en caso de tsunami, dónde había que dirigirse, cuál era el punto más alto de la isla. Los isleños estaban muy tranquilos porque la vez anterior, a pesar de que muchas islas vecinas se vieron muy afectadas, en Koh Kradan pasó de largo. Nosotros tuvimos un momento de pánico ¿cómo podían ellos predecir si esta vez iba a pasar lo mismo? Así que no nos despegamos de las noticias hasta que dijeron que el riesgo de tsunami había pasado. Aún así, nos fuimos a la cama un poco inquietos pero, por suerte, se quedó en un susto.
DÓNDE DORMIMOS
La exclusividad se paga y para un presupuesto mochilero la estancia en un resort es inviable. Pero tranquilos, hay otra opción! En la zona del National Park se pueden reservar tanto tiendas de campaña por 390 bath (9,75€), como habitaciones por 600 bath (15€). Nosotros probamos las dos opciones. En la tienda de campaña no dormimos muy bien el primer día y nos cambiamos a la habitación. Ésta era muy grande, muy básica, llena de hormigas y sin ducha. La ducha estaba en la calle, literalmente. Pero bueno, estábamos a primera línea de playa y levantarte con ésta vista no tiene precio.
NUESTRAS IMPRESIONES
- Koh Kradan es una isla preciosa. Nos atreveríamos a decir que la más bonita que hemos visto en nuestro viaje. Muy recomendada para personas que busquen tranquilidad y exclusividad.
- Como podréis imaginar no hay tiendas, ni cajeros, ni nada. Hay que venir con provisiones. Nosotros antes de venir compramos atún, jamón york, pan, cereales, leche… que nos salvaron los desayunos y alguna cena. Si venís de mochileros, tened en cuenta que los restaurantes tienen los precios bastante elevados.
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