Cameron Highlands: entre senderos y plantaciones de té

Cameron Highlands fue como un suspiro de aire fresco en nuestros días por Malasia. Se trata de una zona montañosa, a unos 1.500 metros sobre el nivel del mar, situada en la parte centro-norte de la península. La altura a la que está situada hace que las temperaturas sean más frescas durante todo el año y, creednos, ¡no sabéis lo que agradecimos una chaquetita por la noche después del calor que estábamos pasando! Además, los paisajes de esta zona son unos de los más bonitos que hemos visto en Malasia, bañados por plantaciones de té y bosques frondosos. Así que podemos decir que Cameron Highlands fue el lugar ideal para descansar y huir del calor sofocante y de la humedad que azota al resto del país.

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CÓMO LLEGAR 

Nuestro camino a Cameron Highlands fue un poco movidito. Veníamos desde Islas Perhentian y la verdad es que la liamos muy parda. Teníamos que coger un barco en las islas a las 8 de la mañana que nos llevara a Kuala Besut, lugar desde el que salían las furgonetas hacia Cameron Highlands. ¿Y qué pasó? Que nos quedamos dormidos y lo perdimos… (Todo tiene una explicación, un animalillo nocturno – llámese rata- se coló en nuestra habitación y no nos dejó dormir en toda la noche). Bueno, no pasa nada, pensamos, a las 12 hay otro barco. Pues señores ¡sí que pasa! Llegamos a Kuala Besut y sólo había una furgoneta al día que, por supuesto, habíamos perdido porque salía a las 10 de la mañana. Resultado: Tuvimos que hacer noche en una ciudad que no tiene absolutamente nada y en la que los alojamientos son realmente caros. Total, que acabamos en un cuchitril de mala muerte que daba bastante asquete.

El lado positivo es que tuvimos tiempo suficiente de visitar y comparar todas las agencias que ofertaban furgonetas hacia Cameron Highlands. Al final, lo cogimos con Aina, ya que las chicas nos parecieron muy majas. El billete por persona nos costó 55 RM.

A la mañana siguiente a las 9.30 estábamos como un clavo en la agencia. Y tuvimos que respirar hondo un par de veces porque ¡viva la eficacia de los malayos! En la agencia nos recogió un hombre, nos cambió el billete por otro papelito y nos llevó a otra agencia. Aquí nos cambiaron el papelito por otro y nos llevaron a otra agencia. Y aquí nos volvieron a cambiar el papelito y ¿adivinad qué? ¡Nos llevaron a ooooootra agencia! Donde, por supuesto, nos dieron otro papelito y nos hicieron escribir nuestros datos en un libro. Por fin, con una hora de retraso, salimos hacia nuestro destino.  Y bueno… para no alargarnos ya mucho, os diremos que durante el trayecto nos encomendamos a todos los dioses habidos y por haber para que nos hicieran llegar sanos y salvos.  Así que imagináos lo bien que conducía nuestro conductor.

QUÉ HACER

En Cameron Highlands hay cuatro ciudades principales. Nosotros escogimos Tanah Rata como campamento base para hacer un par de excursiones.

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1. PLANTACIONES DE TÉ (BOH ESTATE PLANTATIONS)

La empresa Boh tea es la exportadora de té más grande de Malasia. Para llegar hasta aquí cogimos un autobús en la estación que nos dejó en la carretera principal. Aquí nos metimos en otra carretera más estrecha que, en un principio, pensamos en recorrer a pie. Total, sólo eran unos 6km. Pero a mitad de camino nos arrepentimos porque hacía un calor sofocante y decidimos hacer autostop. Nos paró un chico con su camioneta y nos subió en el remolque.

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Al llegar, fuimos primero a ver la fábrica. Aquí, a través de unos cristales, se puede ver perfectamente el proceso de fabricación del té. Para el que tenga curiosidad: Primero, se cogen las hojas de la planta y se meten en una máquina que las tritura. Una vez trituradas, se dejan fermentar y después se pasan a otra máquina para secar. Cuando ya están secas, se sortean y ya está listo el té para consumir.

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Después, subimos hasta un mirador y nos quedamos con la boca abierta.

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Teníamos ante nuestros ojos una extensión repleta de plantaciones de té que se prolongaba hasta donde nuestra vista ya no podía alcanzar.

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Miles de arbustos de no más de un metro de alto se disponían de forma ordenada formando un paisaje homogéneo muy diferente al que estamos acostumbrados.

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Y, por supuesto, nos pegamos horas haciendo un buen reportaje fotográfico.

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A la vuelta, no nos quedó más remedio que hacer autostop de nuevo y unas chicas muy majas nos llevaron hasta el pueblo.

2. TREKKING POR LA JUNGLA

Desde el pueblo, hay varias rutas que se adentran en la jungla, algunas de ellas comunicadas entre sí.

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Nosotros escogimos la ruta 1 por recomendación del dueño de la guesthouse donde nos quedábamos.

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La ruta completa son unas 5 horas, y el camino no es muy fácil. Pero fue muy chula. Antes de continuar, una advertencia. Si decidís hacer un trekking por la jungla avisad al dueño de la guesthouse u hotel donde os alojéis por si pasa algo que sepan dónde ir a buscaros. Según nos contaron, más de uno se ha perdido por allí.

A lo que íbamos. Nuestra ruta empezaba en Brinchang, un pueblo al lado de Tanah Rata al que llegamos haciendo autostop. Una vez que encontramos la entrada al sendero nos pusimos en marcha y tardamos como 2 horas en llegar a la cima del monte Gunung Brinchang.

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Es un camino de subida que en algunos momentos se hace un poco difícil e incluso hay que escalar por las raíces de los árboles.

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Sin embargo, creemos que merece totalmente la pena. Allí dentro, parece que estás en otro mundo.

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La densidad de la vegetación te impide ver lo que hay a escasos metros, y durante el camino no tienes más compañía que la de los pajarillos que canturrean a tu alrededor. Nos pareció una experiencia de conexión con la naturaleza muy especial.

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Una vez llegamos a la cima pudimos ver una panorámica muy bonita de la cordillera.

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La bajada la hicimos por el otro lado y, aunque fue carretera y era fácil, se hizo un poco larga. No obstante, hicimos varias paradas por el camino y se hizo más llevadero:

  • Mossy forest:

Es el bosque más antiguo de Malasia. Es un espacio no muy grande y, si bien es cierto que tampoco nos detuvimos mucho, no nos pareció nada especial. Suponemos que los verdaderos amantes de los bosques y los árboles milenarios aquí disfrutarían.

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  • Granja de fresas:

Nos dieron la bienvenida unas cabritas muy juguetonas.

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Al entrar un hombre de Bangladesh nos llevó donde las fresas estaban plantadas, recogimos 100gr y el hombre aprovechó para hacernos un super reportaje fotográfico. Repusimos energías comiéndonos las fresas y continuamos la marcha. No sin antes darle la propina al hombre por habernos hecho las fotos…

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  • Plantaciones de té:

El paisaje era igual que el que habíamos visto el día anterior, extensiones y extensiones repletas de aquellos arbustos dispuestos perfectamente.

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Pero cuando los vimos, nos quedamos igual de sorprendidos que la primera vez. De hecho, estas plantaciones nos parecieron incluso más bonitas.

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Por supuesto, aprovechamos cada curva para disparar una foto.

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Llegados a este punto, teníamos que volver a Tanah Rata. Todavía nos quedaba un buen tramo así que, de nuevo, intenamos hacer autostop. Igual que las veces anteriores, fue tremendamente fácil. Nos paró una familia, los papás y los dos niños (sí, fuimos 6 en el coche) y nos dejaron en la misma puerta de la guesthouse, a pesar de que ellos no iban al mismo pueblo.

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DÓNDE DORMIR

Nada más llegar nos quedamos en Came Lodge Hotel, regentado por una pareja india. La habitación costaba 50RM la noche y estaba basante bien. Sin embargo, al día siguiente pillaba fin de semana y el preció de la habitación se multiplicó y no nos quedó más remedio que buscar otra cosa. Al final, acabamos en la mítica Twin Pines guesthouse, también por 50RM pero con baño compartido y unas paredes que parecían papel de fumar. Pero bueno, suficiente para una noche.

 NUESTRAS IMPRESIONES

  • Como hemos dicho al inicio del post, Cameron Highlands es un lugar perfecto para pasar un par de días y escapar del calor.
  • Los amantes de la naturaleza están de enhorabuena porque esta zona te permite adentrarte en la jungla, hacer varias rutas y desconectar un poco del barullo de las ciudades. Recomendación: cerrad los ojos y escuchad los sonidos de la naturaleza que tanto nos perdemos en nuestro día a día.
  • Como lugares para comer, recomedamos el restaurante indio Kumar. También Yong Teng Café, cuyos dueños son una pareja mayor, ambos sordos y encantadores, que hacen unos pancakes increíbles.
  • Nos sigue impresionando la amabilidad de la gente, que te ayuda sin pedir nada a cambio.

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  1. Pingback: Guía de viaje de Malasia | Con el mundo en la mochila

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