Tella es un minúsculo pueblo de alta montaña situado en el Pirineo aragonés, en la comarca del Sobrarbe, a unos 1.300 metros de altitud. Nunca habíamos oído hablar de él y en realidad es que hay tantísimos pueblos y parajes naturales en el Pirineo que es difícil conocer todos ellos. Pero creo que no exageramos si decimos que Tella, a pesar de no ser muy popular, es posiblemente uno de los pueblos con más encanto de la zona. Sus casas de piedra se articulan alrededor de una calle principal y el enclave en el que está situado es realmente espectacular. Desde el pueblo sale una bonita y sencilla ruta circular que te lleva a visitar tres emblemáticas ermitas y a disfrutar de unas vistas impresionantes. Y si a todo esto le sumamos que Tella es conocido como el pueblo de las brujas ¿no te entran ganas de visitarlo? Pues sigue leyendo que te contamos todo lo que necesitas saber.

1. CÓMO LLEGAR
Nosotros llegamos a Tella desde Aínsa, que es el pueblo donde nos estábamos alojando. Hay que coger la carretera en dirección a Bielsa y Francia y una vez se llega a Escalona hay que seguir recto (si coges el camino de la izquierda se llega a otros lugares como el Cañón de Añisclo). Justo después de un pueblo llamado Hospital de Tella hay un desvío a la izquierda que nos llevará a nuestro destino. Está bien señalizado con la indicación «Ruta de las Ermitas». Justo al llegar al pueblo hay un aparcamiento donde se puede estacionar el coche sin problema.
2. ¿POR QUÉ SE CONOCE COMO EL PUEBLO DE LAS BRUJAS?
Pues lo cierto es que la brujería fue un fenómeno muy extendido en el Pirineo Aragonés principalmente en los siglos XVI y XVII. Al parecer, la localización de Tella y su difícil acceso hicieron que la iglesia católica no pudiera llegar, por lo que los montañeses conservaron tradiciones y cultos que mezclaban lo religioso y lo esotérico. Se creía que los habitantes de la zona tenían ciertos dones oscuros y usaban plantas para fines diabólicos. De hecho, está documentado que en 1499 se produjo un contagio de posesión demoníaca en muchas mujeres de la zona, a las que llamaron «latrantes» porque ladraban como un perro.

De ahí que antiguamente se dijera el dicho «Tella, Dios te guarde de ella». Tal pavor había por las brujas que todavía se conserva la costumbre de protegerse frente a ellas y su magia maligna. Si das un paseo por el pueblo fíjate bien, pues se pueden ver chimeneas, puertas y ventanas adornadas con espantabrujas, símbolos astrales o incluso figuras de hombres y animales.
Para contrarrestar la inclinación que había hacia lo maligno se construyeron una serie de ermitas que se situaron estratégicamente formando un anillo protector contra las brujas. En su día llegó a haber hasta 7 ermitas, pero en la actualidad solo se conservan 3.

3. LA RUTA DE LAS ERMITAS
La ruta comienza en la iglesia de San Martín y no tiene pérdida pues está muy bien señalizada como «Circuito Ermitas». Se trata de una ruta circular de unos 2,3 km muy sencillita que no lleva más de 45 minutos o 1 hora, haciendo paradas para hacer fotos. Y te aseguramos que pararás muchas veces! Nosotros la hemos hecho en junio y el sendero está precioso, verde y con muchas flores. Al no tener ninguna dificultad técnica se puede hacer perfectamente con niños.

Una vez dejas el pueblo atrás, nos adentramos por un sendero lleno de bojs, enebros y pinos que de repente se abre para dejarnos una de las estampas más bonitas del camino: la Ermita de San Juan y San Pablo situada al resguardo de una gran roca conocida como el «Puntón de las brujas», por ser según la leyenda un lugar donde se hacían aquelarres. Es la ermita más antigua de la ruta con más de 1000 años de antigüedad. Aquí merece la pena hacer una paradita porque el entorno es impresionante.

Volviendo al sendero principal hay un camino que te lleva hasta las otras dos ermitas. A la izquierda está la Ermita de la Virgen de las Fajanillas, de origen románico. ¿Sabes por qué tiene ese nombre tan raro? En Aragón una fajanilla o una fajana es una faja estrecha de terreno que puede aparecer de forma natural en la ladera de un peñasco o ser construida por el hombre para el cultivo. Así que esta Virgen hace honor a la forma de la tierra donde es venerada.

Justo enfrente está la última ermita, la Ermita de la Virgen de la Peña. Para llegar a ella hay que ascender un poco a la cima de una colina (nada complicado). Su localización sirve como mirador de la zona, con la ermita de la Virgen de las Fajanillas enfrente, el pueblo de Tella al fondo flanqueado por las montañas de los Pirineos y con los colores verdes y amarillos como protagonistas.

Te recomendamos que te salgas un poco del sendero principal y te asomes a ver un poco las vistas desde otros ángulos porque de verdad que es un lugar mágico. Y nunca mejor dicho.

Si vas en la época de verano podrás entrar a ver las ermitas por dentro. Hemos leído que el resto del año están cerradas. Además al llegar al pueblo se puede ver la Casa de la Bruja, un museo para adentrarse en el mundo mágico del Alto Aragón, con sus hechizos, brujerías y aquelerres. A nosotros nos hubiera gustado visitarlo pero estaba cerrado.
4. DÓNDE DORMIR
Nosotros elegimos como base Aínsa, un bonito pueblo medieval que tiene una localización perfecta para llegar a muchos de los puntos de interés de la comarca del Sobrarbe. En concreto nos alojamos en el Hotel Sánchez, un hotel que este año cumple los 100 años de antigüedad y que está perfectamente renovado y decorado con mucho gusto. Además tiene cafetería, dos restaurantes, un desayuno buffet muy rico y variado y está a tan solo 5 minutos andando de la zona antigua de la ciudad. En este artículo te contamos con detalle nuestra experiencia en el hotel Sánchez.
5. NUESTRAS IMPRESIONES
- Como decíamos al inicio del artículo, Tella es un lugar del que no habíamos oído hablar nunca y creemos que es un imprescindible en la zona.
- Es una ruta bastante sencilla para hacer con toda la familia y el entorno es precioso.