Ayer llegó el momento de decir adiós a Suecia y hoy hemos llegado a Bangkok, con un jetlag de narices por cierto. A pesar del cansancio, hemos podido dar una vuelta por la ciudad y, a primera vista, nos ha parecido un poco caótica, pero no tanto como nos imaginábamos. Nos ha llamado la atención la cantidad de motos que hay (algunas con 3 personas y sin casco), la comida local que es muy barata y bastante buena, y el alto nivel de contaminación. Pero os contamos más sobre Bangkokaquí.
En éste, queríamos centrarnos en hacer un pequeño homenaje a las personas que dejamos en Suecia. Aunque bueno, en realidad, las llevamos en nuestra mochila. Tenemos que decir que en Suecia hemos conocido a personas maravillosas. Cuando vives lejos de tu casa y de tu familia es súper importante rodearse de gente en la que poder confiar. Y nosotros nos sentimos afortunados porque tenemos un grupo de amigos increíbles. Aunque todos somos muy diferentes entre sí, conectamos muy bien desde el primer momento y hemos formado una pequeña familia.
Chic@s, vamos a echar mucho de menos nuestras cenitas, las fiestas en el hostal la Leo, nuestras fikas de confidencias, nuestras tardes de billar, las paellas y cocidos de Pablo, nuestros viajecitos, nuestras noches de fiesta (incluso las frustradas, que no han sido pocas) y, sobre todo….el gururu! 😉 Nos llevamos con nosotros todos esos momentos y un trocito de cada uno de vosotros. Os queremos!!
Mucha gente nos pregunta ¿pero cómo podéis sobrevivir tantos meses sólo con una mochila? ¡Pues eso mismo nos preguntamos nosotros también! La primera vez que viajábamos de esta manera fue todo un reto para nosotros. No podíamos ir cargados de los «por si acasos», sino que teníamos que escoger solamente aquello que creíamos estrictamente necesario y útil para el tiempo que íbamos a estar fuera de casa.
En un viaje de estas características, el equipaje tiene que ser ligerito porque se pasan muchas horas con la mochila. No os vamos a mentir, los momentos de buscar alojamiento con la mochila a cuestas bajo un sol abrasador eran horribles. Así que, cuantos menos pese mejor. Además, nosotros volamos con compañías de bajo coste y no facturamos la mochila, lo que nos obligó a no sobrepasar los 7 kg que están establecidos para las maletas de cabina.
Para el segundo viaje que vamos a empezar ya vamos con la lección aprendida y ha sido mucho más fácil. Os lo explicamos todo en este vídeo:
Os dejamos aquí la lista de todo lo que llevamos en la mochila para viajar por el sudeste asiático. También mencionamos algunas cosas que nos llevamos en nuestro viaje anterior y que no nos resultaron muy útiles:
MOCHILA
una de 50-60 litros
otra más pequeña de 20 litros para excursiones
una de tela finita que no ocupa mucho para el día a día
ROPA
5-6 camisetas
ropa interior para 5-6 días
calcetines transpirables
2 pantalones largos, uno de ellos de trekking (quizás alguno más si eres chica y viajas a India)
2-3 pantalones cortos
2 bañadores/bikinis
sudadera
chubasquero
Para llevar la ropa más organizada, nos compramos unas bolsas para dividirla (las camisetas juntas, los pantalones juntos…). Al principio pensamos que igual era una tontería pero ahora no podríamos vivir sin ellas. Te permiten encontrar lo que buscas fácilmente sin necesidad de sacar todo de la mochila.
un pareo: ¡sirve para todo! Para la playa, para taparte en los autobuses si hace fresquete, para cubrirte al entrar en los templos, para usar como bufanda…
zapatos: zapatillas de trekking, sandalias para andar y chanclas.
ACCESORIOS
almohada para los largos viajes
sábana finita: en el sudeste asiático no la utilizamos en ningún momento porque todas las camas estaban muy bien
toallas de microfibra (una de baño y otra de mano): son geniales porque no ocupan nada y se secan muy rápido
candados con cuerda para atar las mochilas y evitar robos
cuerda: muy útil para colgarla, por ejemplo, en la habitación y tender la ropa mojada
linterna
funda impermeable para proteger la mochila de la lluvia
mosquitera impregnada de permetrina: fue totalmente un estorbo, nos pesaba mucho y todavía la tenemos sin estrenar porque en la época en la que viajamos nosotros a penas había mosquitos y la mayoría de habitaciones tenían mosquitera
cantimplora: la acabamos regalando
cubiertos de plástico: muy útiles al principio cuando no sabíamos utilizar los palitos, pero después no los volvimos a utilizar
bolsas herméticas: para proteger, por ejemplo, los móviles y pasaportes del agua o el polvo
calculadora: no la usamos mucho así que la podríamos haber evitado
cuadernos: imprescindibles para escribir nuestro diario de viaje. Sin él, no podríamos haber hecho este blog. También, un cuadernito pequeño para apuntar gastos y llevar nuestro presupuesto a rajatabla
riñonera para llevar el dinero y el pasaporte oculto bajo la ropa: nos parece un imprescindible porque llevas todo a mano y protegido
APARATOS ELECTRÓNICOS
tablet con teclado y adaptador OTG (para poder conectar el teclado y el disco duro a la tablet)
portátil
móviles
disco duro externo y USB
cargadores
cámara de acción
BOTIQUÍN
material de cura (tiritas, vendas, apósitos, betadine, …)
amoxicilina
antidiarréico
antivómitos
suero oral
antihistamínicos
ibuprofeno
paracetamol
repelente de mosquitos fortasec extra fuerte
protección solar
Solo usamos el repelente y la protección solar, el suero oral, algún ibuprofeno y algún paracetamol. Creemos que es necesario llevar un poco de todo por si acaso, pero no media farmacia como hicimos nosotros porque se puede encontrar de todo en cualquier destino.
HIGIENE
un poco de champú y gel para los primeros días
cepillo de dientes
peine
crema hidratante
cuchillas
cortauñas
un poquito de maquillaje
tampones: importante, no es fácil encontrar en todas las ciudades
mini secador
DOCUMENTACIÓN
pasaporte
visados (en caso de que sea necesario)
cartilla de vacunación
tarjetas de crédito
seguro de viaje
reservas de vuelos
permiso de conducir y si puede ser el internacional mejor
fotos de tamaño carnet para los visados
y fotocopias de todo lo anterior. Nosotros llevábamos una carpeta cada uno con copias de ambos y además nos lo enviamos por email y también a nuestra familia. Cualquier precaución es poca por si ocurre alguna cosa inesperada como un robo o un accidente.
En 2015 decidimos colgarnos la mochila al hombro e irnos a recorrer el sudeste asiático. Tenemos que reconocer que no fue fácil diseñar el itinerario ¡hay tantas cosas que ver en cada país y todas tan interesantes! Pero al final conseguimos hacer una ruta que nos convencía a los dos. Una cosa que teníamos clara es que queríamos empaparnos bien de la cultura y de la forma de vida de cada país. Por eso, quisimos ir con tranquilidad y sin agobios, no seguir sólo las típicas rutas turísticas y cambiar nuestro itinerario inicial cuando lo creíamos conveniente.
Cuando decidimos que nuestro viaje sería al Sudeste asiático nos pusimos a investigar qué época era la mejor para evitar los temidos monzones. Para el que no lo sepa, los monzones son vientos que soplan en determinados meses en la región de Asia y el Pacífico y traen mucha lluvia y, con ella, inundaciones y suciedad. Por lo cual, lo ideal es evitar visitar el sudeste asiático durante esos meses ya que las lluvias pueden llegar a arruinar tu viaje.
Por lo que hemos podido leer, el clima en todo el sudeste asiático es, en general, cálido y húmedo durante todo el año. Sin embargo, se pueden diferenciar dos épocas:
época seca y más fresca: más o menos de noviembre a abril-mayo
época de lluvias y más calurosa: más o menos de mayo a octubre
Aquí os dejamos una tabla que encontramos en el blog «worlding8» que creemos que está muy clara. En ella están todos los países que componen el sudeste asiático y los meses que en los que es mejor visitar dichos países o evitarlos. Hemos contrastado la información con varias fuentes y creemos que son bastante fiables.
De sueños se vive pero a veces se quedan en eso, sueños. Y es que viajar durante un largo periodo de tiempo no es fácil: trabajo, piso, comodidad, rutina,… son factores que de alguna manera ponen freno a que los sueños se hagan realidad. Y, como no podía ser de otra forma, nos pusieron freno a nosotros también. Al menos al principio. Pensábamos que nos encantaría hacer un viaje largo a un lugar exótico peeeeeeeero…no lográbamos dar el paso. Se quedaba en eso, en un gran deseo. Mentalmente no estábamos preparados para el cambio.
En este vídeo te contamos cómo tomamos nosotros la decisión de irnos. Pero si eres de los que prefieren leer… ¡sigue leyendo!
¿QUÉ OCURRIÓ QUE NOS HIZO DAR EL PASO?
Llevábamos 7 años viviendo en Estocolmo y estábamos un poco cansados. Suecia es un país que nos lo dio todo, pero que al mismo tiempo es duro. Especialmente, en lo que se refiere al clima. Y es que para personas acostumbradas al solecito español, los largos y oscuros inviernos suecos se hacen cuesta arriba. Incluso notábamos que nos afectaba anímicamente. Pero aunque estábamos un poco cansados del país, este no fue el principal detonante que nos empujó a tomar la decisión.
Por un lado, Pilar necesitaba conseguir el título sueco de profesora para poder seguir trabajando en el colegio. Por lo cual, cabía la posibilidad de que no la pudieran seguir contratando al año siguiente. Por otro lado, a Mario le cambiaron de departamento y el nuevo trabajo no le gustaba mucho y lo pasó bastante mal. Y aquí fue cuando Pilar dijo ¡nos vamos a viajar!
MOMENTOS DIFÍCILES
Mario al principio no lo tenía nada claro. Le surgían muchas preguntas a las que todavía no podíamos dar respuesta: ¿qué pasará después?, ¿encontraremos trabajo?, ¿dónde acabaremos?, ¿será ahora el momento?
Y créenos, éste fue el momento más duro de todos. La incertidumbre de no saber lo que iba a pasar después con nuestras vidas nos echaba para atrás. Y de qué manera…
Pero llegó un momento en el que nos planteamos qué tipo de vida queríamos recordar cuando fuéramos mayores:
Una vida cómoda, llena de rutinas, en un país en el que no estábamos a gusto. Y en un trabajo que no nos llenaba.
O una vida llena de experiencias, nuevos retos, sueños cumplidos y que realmente nos hacía feliz.
Fuente: Blog «Mochileando por el mundo»
¿ES POSIBLE?
Y mientras nos decidíamos, lo primero que hicimos fue investigar. Investigar si el viaje que queríamos hacer era realmente posible. Durante meses, nos informamos sobre:
Qué partes del mundo eran seguras, baratas y bonitas para un primer viaje de este tipo. Investigando, decidimos que el destino que reunía todas estas características era el sudeste asiático.
Qué países nos llamaban más la atención.
Cuánto dinero nos costaría. Miramos en blogs de viajeros cuánto costaba el alojamiento, la comida, el transporte, el seguro médico, las vacunas, los visados y el material que necesitábamos comprar para el viaje. Y sumando todo, vimos que era posible.
Y después de pensarlo mucho, dijimos ¡es el momento, nos vamos!
Es curioso cómo, a veces, una simple conversación puede cambiar el rumbo de tu vida. En una tarde de domingo, hablando con una buena amiga, salió el tema de dar la vuelta al mundo. Comenzamos a imaginar a qué países iríamos y cómo sería eso de estar muchos meses viajando alrededor del mundo. Y comenzamos a soñar. Pero a menudo hay sueños que aunque, a priori, parecen imposibles en realidad no lo son. Sólo es cuestión de planteárselo seriamente e ir a por ellos.
Por mucha locura que parezca, después de esta conversación, a Pilar le surgieron muchas preguntas como ¿es peligroso?, ¿se gasta mucho dinero?, ¿qué parte del mundo nos gustaría visitar? Empezó a buscar información para entender lo que supondría un viaje de este tipo y así fue nuestro primer contacto con blogs de viajeros, que al final ha resultado ser la fuente de información más útil para planificar nuestro viaje y la que nos ha inspirado a escribir este blog. Leyendo y leyendo blogs, muchos días le daban las tantas de la noche y a la mañana siguiente me mareaba contándome las historias que había leído. Poco a poco me entró un gusanillo en el estómago que se hizo más y más grande. Tan grande que acabó contagiándome y … ¡comprando los billetes a Bangkok!
Y así… con una simple conversación, fue como empezó todo…